reflexiones

la vida ha cambiado.
me parece realmente que este es un momento definitorio, estamos creciendo de nuevo.
la gente se va a otros países. hay que ser adulto para hacer eso.
la gente toma decisiones radicales sobre su vida y da muchísimo miedo
y es así es lo que toca y la posta es que uno se levanta
todos los días para ir a laburar, todos los días
y entabla relaciones reales con las personas, tiene conversaciones y afectos
y responsabilidades, y no es algo malo. es algo que cambia a uno.
y por suerte me dormí y me desperté y no me olvide de todo lo que daba vueltas en mi cabeza
y es raro en mi que estas cosas den vuelta por mi cabeza, pero me parece imprescindible.
vamos en encontrarnos y siendo las mismas personas vamos a tener
casas, hijos, carreras, deudas
nos miramos al espejo y nuestra cara no es la misma,
nos miramos a los ojos y se nota por lo que pasamos
y seguimos aferrados a alguna niñería y es algo bello pero ficticio
no somos los jóvenes de antes.
no llegamos a los 19 años vírgenes (me refiero a vírgenes de la vida, como un territorio virgen)
llegamos con historias, deseos, cicatrices, relaciones personales construidas sobre bases duraderas y verdaderas, cuentas pendientes, miedos.
no son los mismos 19 años que nos transmiten nuestros padres y la sociedad.
estamos inmersos en este mundo que queremos cambiar, pero quien esta dispuesto a usar su insignificante y valiosísima vida solo para eso? quien sabe como hacerlo, por donde empezar?
todo esta corrompido y nosotros también, y que saben los que no lo están? su valor es la belleza, la pureza que no se lleva bien con la reflexión, que se vería lascerada por ella.
me siento capaz de seguir adelante, de desempeñar ese papel,
y miro a mi alrededor y la gente también y esta dispuesta.
crecemos como grupo social, en paralelo mas allá de las diferencias de cada uno.
hay algo de ese mundo real que nos parece tan fantástico cuando no estamos en el,
que nos atrapa y no se detiene.